Para demostrar esto, junto a sus colegas, realizó un experimento con un enjambre de robots que tenían que aprender a moverse en un entorno donde había "comida" y "veneno" (la "comida" recargaba sus baterías, mientras que el "veneno" se las descargaba).
Según este artículo, cada robot tiene un circuito neuronal que se programa a partir de 30 “genes” que definen su comportamiento y como responde a las luces del entorno, que son lo que señalan las fuentes de comida o veneno.
Para iniciar el experimento, los genes de la primera generación son definidos aleatoriamente, mientras que para las generaciones sucesivas se “creaban” a partir de recombinar los genes de los robots de habían tenido mas éxito localizando la “comida”.
Al llegar a la generación número 50, los investigadores tenían cuatro colonias de robots; tres de estas colonias habían aprendido a señalarle a sus compañeros las fuentes de comida y veneno, pero la cuarta había desarrollado una habilidad más: Habían aprendido a engañar a sus rivales, señalándoles las fuentes de veneno como si fueran de comida para luego escabullirse sigilosamente hasta la fuente de comida más cercana.
Además, también se descubrieron “robots héroes” que al caer en una fuente de veneno, antes de “morir”, alertaban a sus compañeros para que no cayeran en la trampa.
Aquí dejo un video de tales bichos para que puedan conocerlos...
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